Entonces donde estoy, donde están los demás, los que deambulan buscando algo que hacer. La vida es esto, jugar a correr. La soledad traiciona a mis neuronas. Micro-cataclismo en mi cerebro. Posibilidad nula de concentración. De que estoy hablando. Sólo divago. Solo.
Ambigüedad en la natura, vivo y muerto organizan el paisaje tratando de embalsamar el tiempo. Quiero matarlo, matarme. Recordar quien fui es necio para el instante en donde estoy, y quien seré sólo se lo dejaré al viento que me carcome y a la brisa de sal que me seca la sangre.
Disparidad en la ambigüedad etérea del cielo. La luna no carece de personalidad ante el sol, las estrellas están disueltas en polvo cósmico. Quiero encontrarme con Dios para pedir su perdón, o más bien para exigírselo.
El zumbido de las rocas que mueren ante mi me hablan de un pasado frondoso, donde el emperador mandaba los excrementos infantes al sepulcro.