9/5/08

Christopher Doyle & Edward Hopper

INTRODUCCIÓN.

La creación cinematográfica después de haber superado sus necesidades básicas de existencia (desde el simple acto de filmar la salida de unos obreros formales de la compañía Lumière hasta los inicios del teatro filmado de Méliès) comenzó a indagar en las posibilidades pictóricas que posee el encuadre, dentro de su naturaleza bidimensional y fotosensible.
Estimulado también, por la necesidad de continuidad lumínica dentro del montaje con su desfragmentada absorción espacial y formal, la fotografía cinematográfica comenzó a tener un papel en la connotación y exacerbación de las sensaciones y expresiones exhibidas por los personajes y los espacios, llevando al cine a manifestaciones tales como el expresionismo Alemán de post Iºguerra mundial, continuando con el cine noir de los 40`s. Éstos son claros ejemplos de cómo la luz artificial verosímil del cine tiene un mayor espectro de acción que la luz natural, y que la utilización de la lumino ciencia (efecto phi con todas sus teorías sobre el estimulo lumínico en movimiento) es la herramienta para generar un espacio idílico a las exigencias creativas de cada producción cinematográfica.


“Con ánimo de amar” y la obra pictórica de E. Hopper;
LA SOLEDAD DE LA LUZ.


La obra fotográfica de Christopher Doyle en el filme de Wong Kar Wai “Con ánimo de amar” se manifiesta como el aditivo sustancial a las locaciones escogidas, otorgándoles nuevas proporciones y sensaciones que se perciben más bien como sutiles pinceladas lumínicas que se materializan como volúmenes luminosos posicionados estratégicamente. Creando un espacio cinematográfico de exquisita fotogenia y de limpias y connotativas soluciones.
La luz y la oscuridad favorecen determinantemente al sentido narrativo del filme; los enérgicos contrastes cromáticos y una estética noir con tintes de video clip ochenteno de una hermosísima belleza plástica se asocian en una alusión casi magnética con la obra pictórica de Edward Hopper.


Tres planos del filme en
donde la significancia de
la perfomance se jerarquiza
por la temperatura, color y dirección de la Luz.


El compromiso de los dos personajes protagónicos de compartir sus soledades es la cuestión central de la narrativa del filme. Por lo mismo el acto de iluminación responde de diversas formas a este compromiso, dibujándolos dentro de un universo paralelo al del resto de los mortales que los rodean. Por ejemplo, en la escena del taxi, ellos están iluminados desde un tiro contrapicado, generando un alto contraste de luz entre los rostros y las sombras que proyectan sus cabezas, creando una atmósfera de soledad que los separa radicalmente del entorno enmarcándolos en este universo negro que son sus pensares frente a su condición de esposos abandonados y supuestos amantes. Llegando a un cuadro más bien expresionista que refleja y recarga de emotividad la escena.
Por lo mismo la asociación con Edward Hopper es inherente al cine (en sus preocupadas expresiones) neo expresionista con matices de cine noir en sus enunciadas luminosidades, ya que en su pintura los temas espaciales modernos y su modo de representarlos se asocia directamente con un encuadre, o mejor dicho, con las posibilidades de tiro que posee la cámara y con el comportamiento de la luz en estos neos espacios.
Es como si se pudiese ver un cuadro de Hopper y distinguir la posición espacial de su mirada
.


Los motivos de Hopper están asociados a comportamientos
y especialidades modernas.
Por lo mismo es irrefutable que expresiones modernas tales como el individualismo y el excesivo tiempo dedicado a las preocupaciones van destruyendo toda capacidad de socialización y, como consecuencia, vemos una pintura cargada de soledad y conversaciones paralizadas, pero gozando de una significancia a partir de las actitudes de los personajes y del juego de miradas que genera con sólo mostrar la dirección de sus cabezas. Es en este punto en donde la luz en Hopper comienza a construir ambientes con un adherente emocional y sensorial muy parecido a Christopher Doyle.

La disposición de los objetos en la tela, sumado al cómo trabaja las profundidades con la intromisión “fuera de foco” de partes de objetos y la propia perspectiva del punto de vista, definen a la obra de Hopper como una configuración arquitectónica.





Creo firmemente que la sensibilidad creativa se somete a un riguroso planteamiento intelectual al momento de concebir una obra. Doyle y Hopper se someten a la sensibilidad creativa como riguroso planteamiento que no posee un mayor grado de intelectualidad, obteniendo resultados de una exquisita sutilidad lumínica y una gran presentación de los espacios sensibles ante cualquier vivencia humana que abarque o abrigue. Es aprender viendo o creando. Es materializar una idea sin previo indicio hacia las soluciones. Es talento.